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Odio aquella sensación, esa sensación de nostalgia e incluso esa extraña sensación de que te falta algo, algo que no habías sentido nunca.
Y me emociono, si, lo siento, perdóname, pero me emociono y lloro, lloro porque te echo de menos y se que nunca volverás junto a mi.
Me emociono al recordar cada momento que has estado a mi lado y pensar que jamás habrá uno de esos.
Y te extraño, te extraño y se que jamás en mi vida encontrare a alguien tan increíble como tú.
Qué nada ni nadie se podrá nunca comparar contigo, porque eres lo más valioso que ha podido obtener el mundo.
Aun así, doy gracias a Dios, por a ver echo que seas parte de mi vida durante aquel tiempo y sin dudarlo, jamás me arrepentiré de a verte pasado tantos momentos contigo.