Es difícil obtener en la vida lo que deseamos, es difícil que aquello en lo que pensamos lo pueda pensar también aquella persona, podemos estar esperando toda la vida que nos vengas con un ramo con 5 rosas y te quedas parada y diciendo ¿No soy 6? y alguien te responda la otra eres tú.
Puede que tampoco queramos una vida perfecta ya que a veces eso es aburrido, a veces te entran ganas de discutir de chillar a la persona que adoras para luego comértelo a besos y disfrutar de ella a cada segundo.
Nunca se lo había confesado a nadie pero adoro la primera y el otoño, ¿Porque? Porque en la primavera puedes pasar por un campo donde te venga el olor a las flores que acaban de brotar donde puedes correr por ese campo lleno de flores preciosas que solo tú las podrás observar en esos momentos porque quizá dentro de 1 semana ya no estén, adoro esa brisa que ni te entra frió ni es muy cálido... y en otoño adoro pasear por el parque y ver las hojas como se van callendo me hace adorar el mundo en el que vivo y encontrarle sentido a la vida cuando a veces no se lo encuentro.
¿Mi mayor refugio? Una casa un poco vieja ya que hace como unos 200 años que la construyeron, no tiene lujos ni si quiera tiene luz, pero allí me siento conforme con todo, allí encuentro la felicidad en mi misma, allí puedo respirar profundamente, allí encuentro la tranquilidad y la serenidad.
Ese es mi mayor refugio, no es una casa al lado de la playa ni tampoco una casita rural pero tiene su encanto, su dedicación , su amor y aunque eres consciente de que algún día se caerá sola algo te hace enamorarte de ese lugar.
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