viernes, 10 de septiembre de 2010

7 día.


A veces incluso antes de levantarte de la cama te da la sensación de que vas a tener un mal día, y van pasando los segundos, los minutos y tienes más conciencia de ello. No has aún ni desayunado y ya ha pasado una catástrofe. Todo queda una niña llorando en un baño con la puerta rota, el pestillo ha caído por el suelo, y la madera esta a punto de caer encima de ti, tiene miedo, pánico, tirita... Pero ella es fuerte, se levanta se ducha y desayuna, pasando el tiempo hasta la hora de comer, a esa hora ella con todo el cariño del mundo intenta hacer algo, ella sin comprender lo de nuevo le chillan, y le entra en pánico, tiembla, y necesita huir en ese momento a cualquier otro lugar que no sea ese extraño llamo hogar, acaba como siempre en su cama la pobre pequeña indefensa llorando, una vez más se levanta, porque sigue siendo fuerte, y sabe que puede con todo. 
A medida de las horas, ella ya esta más tranquila, aunque su mundo no va como quería... Tan solo es un mal día, se repetía una y otra vez. Pero se marcha, se va a jugar en el parque con lo que ella llama sus amigos, su pequeña familia, donde ella allí no siente el miedo, sino simple alegría, y entonces ella desea convertir eso en su hogar, porque jamás se sentiría mejor en cualquier otra parte.

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